miércoles, 8 de julio de 2009

DUELE, Y DUELE


Vinicius de Moraes - Separação


Se dio vuelta y la miro como si fuera última vez, como quien repite un gesto inmemorialmente irremediable.En su íntimo, prefería no haberlo hecho; pero al llegar a la puerta sintió que nada podría evitar la reincidencia de aquella escena tantas veces contada en la historia del amor, que es historia del mundo.Ella lo miraba con una mirada intensa donde existía una incomprensión y un anhelo, como a pedirle, al mismo tiempo, que no fuese y que no dejara de ir, por eso era todo imposible entre ellos.Dio así por un lapso, en su belleza morena, real pero que ya se distanciaba en la penumbra ambiente que era para el como a luz da memoria.Quiso prestar ton natural a la mirada que le daba, pero en vano, pues sentía todo su ser evaporarse en dirección a ella. Mas tarde no recordaria ningun color en aquel instante de separación, a pesar da lâmpara rosa que sabia estar prendida.Se iba a acordar que en en ese momento penso que la ausencia de colores es completa en todos los instantes de separación.Sus miraradas brillaron por un instante uno contra el otro, despoes se acariciaram tiernamente y, finalmente, se dijeron que no habia nada que hacer.Se dijeron adios con dulzura, se dio vuelta y cerró, de golpe, la puerta sobre si mismo en un intento de separar aquellos dos mundos que eran el y ella.Pero el brusco movimiento de cerrar engancho entre las hojas de madera el grueso tejido de la vida, y el se quedó inmovil, sin poder moverse del lugar, sintiendo el llanto formarse muy lejos en su íntimo y subir en busqueda de espacio, como un rio que nace.Cerro los ojos, intentando adelantarse a la agonia del momento, pero el hecho de saberla tan cerca, y de el separada por imperativos categóricos de sus vidas, no le daban fuerzas para desprenderse de ella.Sabia que era aquella a su amada, por quien esperó desde siempre y que por muchos años buscó en cada mujer, en la mas terrible y dolorosa busca.Sabia, también, que o primer paso que diera pondria en movimiento su máquina de vivir y el tendria, aunque como un automato, que salir, andar, hacer cosas, alejarse de ella cada vez mas, cada vez mas.E a pesar de eso allí estaba, a pocos pasos, su forma femenina que no era ninguna otra forma femenina, pero la de ella, a mujer amada, aquella que el bendijo con sus besos e agasajara en los instantes de amor de sus cuerpos.Intento imaginarla en su dolorosa mudez, ya envuelta en su espacio propio, perdida en sus cogitaciones propias - un ser desligado de el por el limite existente entre todas las cosas criadas.De súbito, sintiendo que iba a explotar en lágrimas, corrió hacia la calle y se puso a caminar sin saber para donde…

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