Los pasos retumbaban en el piso de piedra, una caminata que no se olvida. El silencio se hacia denso como neblina mojado apenas por gotas del corazon. A ella no le gustaban las flores amarillas, pero le gustaban las flores, y asi, rodeada de colores y sol, se fue, serena en una linda tarde de otoño, su estacion. Te amo abuela!