miércoles, 18 de septiembre de 2013

Pedro Bial, en castellano

Es fácil amar a alguien en la mesa de un bar, cuando la charla es liviana, la sonrisa fácil y la cerveza está fría. Es fácil amar a alguien en las vacaciones de verano, en el asado del domingo, en las fiestas. Difícil es amar cuando es alguien cae. Cuando no cree en más nada y entiende todo mal. Y se paraliza. Y se victimiza. Y pierde su encanto. La validez. La identidad. La coherencia. El baile. Difícil amar a alguien que está cada vez más distinto de lo que habitualmente era o más parecido a alguien que no aceptamos. Es dificil permanecer a su lado cuando parece que todos se fueron. Cuando las cortinas se abren y no hay nadie en la platea. Cuando su pedido de ayuda, verbalizado o no, exige que salgamos de nuestro egoísmo, nuestra pachorra, de nuestra rigidez, de nuestro cuento de hadas, para caminar humanamente a su encuentro. Es dificil amar quien no se está amando. Pero ese, quizá, sea el tiempo en que este alguien más necesita ser amado. No creo en la existencia de botones, hondas fantásticas y soluciones similares, que hagan desaparecer dolores abismales, en los tiempos más devastadores, por pura magia. Pero creo en la fe, en la voluntad esencial de la transformación, en el gesto aliado a las ganas y especialmente en el amor que recibimos, en las temporadas difíciles de quienes no desisten de nosotros”

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